Entrevista con Gonzalo Ortega Ojeda

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Gonzalo Ortega Ojeda nace en Teror, Gran Canaria, en 1954. Realiza sus primeros estudios en el Colegio Salesiano de dicha villa y los completa en el Instituto Pérez Galdós de Las Palmas de Gran Canaria. Acto seguido, inicia su andadura universitaria en La Laguna (Tenerife), en cuyo centro superior cursa la carrera de Filosofía y Letras (Filología Románica). En 1977 ingresa como profesor en dicha universidad, donde ha continuado desempeñando sus tareas docentes e investigadoras hasta la actualidad. Desde el año 2000 es Catedrático de Lengua Española en la mencionada institución académica.

Las líneas de investigación de Gonzalo Ortega se centran en la Dialectología Canaria (terreno en el que ha publicado como autor o en coautoría varios diccionarios de regionalismos canarios, amén de otras obras de carácter teórico, entre los que destacan Diccionario de canarismos, Léxico y fraseología de Gran Canaria, Diccionario de expresiones y refranes del español de Canarias, Catálogo de los gentilicios canarios, La competencia léxica de los hablantes canarios y La toponimia de Artenara (Gran Canaria)); en la Enseñanza de la Lengua, tanto a alumnos nativos como a extranjeros (con obras como La enseñanza de la lengua española en Canarias, el español idiomático, Dificultades del español, Los errores sintácticos más comunes del español y El español en Canarias); y en la Lexicología del Español (ámbito donde ha dado a la luz numerosos libros y artículos).

Actualmente realiza, junto a los historiadores Francisco J. Sánchez Ojeda y Vicente de J. Suárez Grimón, un amplio estudio sobre la toponimia del municipio de Teror. Desde el año 2001 es miembro de la Academia Canaria de la Lengua y coautor del Diccionario básico de canarismos publicado por dicha corporación. Entre los años 2012 y 2015 presidió dicha institución.

En el terreno literario, Gonzalo Ortega ha publicado cuatro colecciones de cuentos: Una muchacha de Holguín y otros relatos (1999), Cuentos de Vecindad y otras historias (2005), Las tribulaciones caribeñas de Michael Thompson y otros cuentos (2010) y El edificio de los espejos (2014). Las cuatro obras fueron editadas por el Ayuntamiento de Teror.

 


Lee nuestra entrevista con Gonzalo Ortega Ojeda en inglés aquí.


 

  1. Su actividad profesional se centra en la lexicografía. ¿Por qué le apasiona este campo?

La lexicografía es una de las parcelas de la lingüística aplicada. Los diccionarios son obras de consulta que necesitan los lectores de cualquier lengua de cultura. En este sentido, nuestra actividad se ha centrado tanto en la especulación lexicográfica (la metalexicografía o lexicografía teórica) como en la elaboración de repertorios dialectales sobre el español de Canarias. La confección de diccionarios es una labor titánica, de la que el consultante tipo no suele ser consciente. La tarea de definir palabras, cuando el lexicógrafo se la plantea con seriedad y rigor, es compleja y poco lucida. De ahí la amenaza de inconclusión que pesa (y ha pesado históricamente) sobre muchas obras lexicográficas.

 

  1. En algunos de sus trabajos analiza temas como los juegos y refranes. ¿Qué papel desempeñan estas tradiciones populares, junto con las canciones y los cuentos, en la investigación lingüística y terminológica de una lengua?

Como todas las variedades del español, el dialecto canario es abrumadoramente rico en unidades fraseológicas y paremiológicas. Mi compañera Isabel González Aguiar y yo mismo hemos elaborado y publicado (2000) el Diccionario de expresiones y refranes del español de Canarias, uno de los escasos repertorios de fraseología regional o nacional que posee el español. En los últimos tiempos, algunas Academias hispanoamericanas están promoviendo proyectos semejantes. La fraseología, tanto en su vertiente teórica como en su faceta positiva, es una materia joven que tiene un espléndido futuro por delante. Se trata de un componente de las lenguas naturales muy vinculado a la natura y a la cultura, pero que al propio tiempo presenta no pocos aspectos universales, como sucede con la fuerte presencia de somatismos (palabras relativas al cuerpo humano).

 

  1. Otra de sus líneas de investigación es la dialectología canaria. ¿Qué es el español de Canarias?

El español de Canarias es una subvariedad del llamado español meridional, atlántico o hispanoamericano. Esto quiere decir que, al menos en la pronunciación y en la gramática, la modalidad del español de Canarias está más cerca del español americano (del caribeño y antillano, en particular) que del español de la Península. De otra parte, históricamente nos debemos a la expansión atlántica del castellano, protagonizada por Andalucía occidental a principios del siglo XVI, que tuvo lugar tras la conquista de nuestras islas por parte de la Corona de Castilla. Precisamente a las muchas semejanzas entre los respectivos procesos de conquista y colonización de Canarias y América debemos los múltiples aspectos lingüísticos coincidentes entre ambas latitudes. En el terreno del léxico, las singularidades canarias se centran en las palabras que hemos creado para verbalizar nuestra realidad natural y cultural, en los portuguesismos (que se cifran en más de dos mil unidades), en los americanismos, en los guanchismos y en los arcaísmos.

 

  1. ¿En qué campo léxico encontramos más diferencias con el español estándar?

En cualquier lengua natural el léxico experimenta un proceso de adaptación a las particularidades del entorno físico y cultural. Así, además de las peculiaridades que se explican por razones históricas, son muchas las palabras nuestras que se refieren a parcelas como, la flora, la fauna, la etnografía, la agricultura, la ganadería, la pesca, la gastronomía, el folclore, los deportes vernáculos, las actividades lúdicas, etc.

 

  1. ¿Cuál es el estado actual de los estudios sobre la lengua guanche, la lengua que hablaban los aborígenes canarios?

En los últimos veinte o treinta años se ha producido un interés notable por los vestigios lingüísticos que existen en Canarias de carácter prehispánico. Al interés por el puñado de voces comunes de esa procedencia, se ha sumado el vinculado a la toponimia y a la antroponimia, terrenos en los que la huella guanche resulta más que patente. Sin embargo, seguimos enfrentándonos a problemas casi insalvables: el grado de hispanización de esos restos, la diversificación dialectal del bereber actual, la falta de especialistas en esa lengua africana, los prejuicios ideológicos…

 

  1. A principios de 2015, el Parlamento de Canarias y la Academia Canaria de la Lengua (ACL) firmaron un convenio de colaboración. ¿Cómo influye la cooperación con una institución tan importante en la conservación de la variedad lingüística hablada en Canarias?

El actual convenio está orientado a que la ACL asesore en todas aquellas cuestiones que son de su competencia al Parlamento regional, a cambio de lo cual la ACL recibe una modesta contraprestación económica anual que la ACL utiliza para implementar sus actividades (publicaciones, conferencias, bibliografía…). Esa asesoría tiene que ver tanto con aspectos generales del español, dado que muchos de los académicos somos especialistas en lengua española, como con cuestiones específicas sobre el español de Canarias, a propósito de ciertas leyes o disposiciones que requieran ese asesoramiento. Tenemos depositadas muchas esperanzas en la Academia acerca de lo fructífera que pueda ser esta colaboración institucional en el futuro.

 

  1. Existe una estrecha relación entre las islas Canarias y América. ¿Existe algún tipo de proyecto o institución que estudie la conexión lingüística de ambas regiones?

Aunque periódicamente hemos tenido alguna conexión con las Academias de Cuba y Venezuela, la relación es complicada porque las distintas Academias hispanoamericanas tienen como interlocutora a la RAE. Y la verdad es que siempre hemos advertido ciertas reticencias hacia la ACL de parte de esa institución. Parecería que la RAE piensa que cualquier reconocimiento en este sentido equivaldría a incentivar el nacionalismo o el independentismo. La verdad sea dicha: la ACL nunca se ha significado políticamente y en su seno hay académicos de todos los matices ideológicos.

 

  1. La Academia Canaria de la Lengua ofrece una serie de materiales lingüísticos. ¿Podría explicarnos el proceso que se sigue para incluir los términos en el diccionario que puede consultarse en la página web de esta institución?

Como la RAE, la Academia Canaria de la Lengua, aunque más modestamente, tiene un funcionamiento parecido. Por ejemplo, se basa en el trabajo de sus distintas comisiones. Así, existen las comisiones de lexicografía, de toponimia, de literatura canaria… En lo que hace a la comisión de lexicografía, la ACL ya ha elaborado el Diccionario básico de canarismos, que es la obra que está colgada en su página web al alcance de todo el público. Ahora estamos elaborando el Diccionario general de canarismos, obra que aspira a registrar un número muy considerable de canarismos (seguramente por encima de veinticinco mil), no solo simples sino también fraseológicos. Asimismo, pretendemos proporcionar ejemplos de uso, datos etimológicos y de otra naturaleza. El criterio seguido es el llamado diferencial, esto es, recogemos aquellas particularidades que, aunque eventualmente compartidas con otras zonas dialectales, no pertenecen al español general. Esa misma comisión contesta las consultas que se nos hacen a través de nuestro buzón cibernético. En ese sentido, vio la luz en 2015 el manual Dudas más frecuentes sobre el español de Canarias.

 

  1. La Unión Europea pone IATE a disposición de los ciudadanos y juristas, así como de traductores y lingüistas en general, con el fin de explicar los términos que se emplean en las distintas instituciones de la UE. ¿Utiliza esta base de datos? ¿Considera que ofrece información suficiente sobre términos relativos a convenios o proyectos específicos que se llevan a cabo en Canarias como Zona Especial Canaria (ZEC) o una región ultraperiférica (RUP) que cuenta con productos en el Registro de Denominaciones de Origen Protegidas (DOP) y de Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP)?

Debo reconocer que no, aunque me gustaría en el futuro beneficiarme de esas plataformas informativas y de sus potencialidades para la investigación lingüística.

 

  1. ¿Cree que los canarios son conscientes de la importancia de conservar su variedad lingüística? ¿Percibe un interés en las tradiciones por parte de la población? ¿Qué futuro ve en la vida de ciertos usos lingüísticos?

Hay de todo. Las personas cultivadas suelen tener claro que nuestro español es tan bueno como el que más. Sin embargo, los canarios de cultura algo más precaria consideran a menudo que hablan mal, y con frecuencia confunden sus limitaciones propias con las que creen provenientes de nuestra modalidad. En general, hay quien piensa que, dado que no hablamos como la mayoría de los españoles (lo que se observa en los medios de comunicación nacionales), hablamos mal. Sin embargo, nuestra norma culta está más cerca que la peninsular de la variedad mayoritaria del castellano, que es el español de América. No conviene olvidar que los complejos lingüísticos son sobre todo complejos culturales y que los complejos culturales suelen ser de naturaleza individual. Desde un punto de vista puramente científico, las singularidades lingüísticas canarias son tan intachables como cualesquiera otras. Por otro lado, el proceso de globalización en el que está inmersa toda la sociedad occidental también está dejando su huella niveladora (y, hasta cierto punto, culturicida) en Canarias, aunque no somos partidarios de rasgarnos las vestiduras.

 


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Ana-BennasarInterviewer, Ana Bennasar

Nacida en La Laguna (Tenerife, España), posee una licenciatura en Traducción e Interpretación otorgada por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y sus lenguas principales de trabajo son el español, el francés, el inglés y el árabe. Desde 2010, ha colaborado como traductora para diversas organizaciones internacionales y ONG con el fin de mejorar sus competencias profesionales en el campo de la traducción de textos sobre derechos humanos, inmigración y cooperación internacional. A Ana le interesan las leyes y las finanzas, especialmente en regiones como África, Oriente Próximo y Europa, y recientemente terminó un Máster en Traducción Institucional y obtuvo el certificado ECQA de gestión terminológica.