Entrevista con Manuel Alcántara-Plá (ES)

Manuel Alcántara-PláDoctorado europeo en Procesamiento del Lenguaje Natural por la UAM.

Desde el 2008, profesor del Departamento de Lingüística, Lenguas Modernas, Lógica y Filosofía de la Ciencia, Teoría de Literatura y Literatura Comparada en la UAM. Miembro del grupo de investigación Wor(l)ds Lab.

Miembro de la junta directiva de la Asociación de Estudios sobre Discurso y Sociedad (EDISO) y miembro de la Sociedad Española de Lingüística (SEL) y del Special Interest Group on Computational Semantics (SIGSEM) de la Association for Computational Linguistics.

Co-editor desde el año 2014 la revista internacional CHIMERA: Revista de Corpus de Lenguas Romances y Estudios Lingüísticos y creador del blog Inicios.es.

 

¿Cuándo comenzó su interés por la lingüística? ¿Qué le motivó a continuar su carrera profesional en esa línea?

El interés por la lingüística no me llegó a través de ningún atajo, sino más bien al contrario. Mi pasión juvenil tenía más que ver con la literatura y el arte. El estudio de los poemas y las novelas me hizo apreciar la fuerza que había detrás de las palabras, que resultaban ser casi siempre las mismas que oía en la calle o en mi casa. Así pasé de la atracción por lo literario a la pasión por lo lingüístico más cotidiano.

¿Qué características diría que tiene la investigación lingüístico-terminológica en España actualmente? ¿Difiere mucho la investigación lingüístico-terminológica en España de otros países de la Unión Europea?

Creo que cada vez es más difícil hablar en términos geográficos de las escuelas científicas, sean lingüísticas o de cualquier otra disciplina. La comunicación es tan intensa tanto dentro como fuera de la EU que una diferenciación de ese tipo me parecería artificial. Ni tan siquiera sería fácil definir una escuela occidental frente a la oriental, ya están también interrelacionadas ambas de forma estrecha.

Para aquellos estudiantes que se planteen actualmente seguir una trayectoria lingüística o terminológica, ¿qué consejo les daría de cara al futuro?

Cada uno debe construir su propia trayectoria, pero me parece que será mejor si cuidan el estudio de los clásicos, olvidados demasiado a menudo, y si ven la lingüística sin limitaciones externas. En cuanto a lo primero, nombres en apariencia muy diferentes como Hjemslev, Sapir o Lyons nos enseñan la importancia de la creatividad y de no ponernos fronteras artificiales en el estudio de las lenguas.

En cuanto a lo segundo, me da la impresión de que también ahí a veces hay imágenes preconcebidas muy estrechas, sobre todo en cuanto a las posibles aplicaciones del conocimiento lingüístico. En un mundo en el que la comunicación se ha vuelto global e increíblemente compleja, la persona experta en lingüística tiene relevancia en muchos ámbitos.

Suponiendo que conoce IATE, ¿le ha resultado de utilidad para sus proyectos de investigación? ¿Utiliza IATE como herramienta en sus clases en la universidad?

Lo he utilizado más en docencia que en investigación (en la Universidad Autónoma de Madrid tenemos un grado en Lenguas modernas y otro en Traducción e Interpretación), pero esto último no lo descarto para el futuro.

Tiene un blog, Inicios, sobre lenguas y comunicación desde el 2006. ¿Qué le impulsó a crearlo? ¿Cómo cree que ayuda su blog a estudiantes y a lingüistas o terminólogos?

En el 2006 no existían las redes sociales actuales y los blogs eran la manera digital, todavía un ámbito minoritario, de crear redes y compartir información. Casi 15 años después, lo utilizo para compartir mis inquietudes y descubrimientos sobre los temas que investigo, en los últimos años sobre todo la relación entre las lenguas y las tecnologías, y el discurso digital con carga política o social. Como son temas que me apasionan, espero poder transmitir ese respeto por las palabras y el cuidado en su estudio. El nombre de inicios respondió desde el principio a la idea de ser un lugar donde provocar una curiosidad primera sobre algunas cuestiones que me parecían poco presentes en Internet.

Se ha embarcado en diversos proyectos lingüísticos relacionados con la terminología y los marcos en los discursos políticos. ¿Por qué le interesa este campo de estudio?

Debo comentar lo más teórico y lo más práctico para responder bien. En cuanto a lo primero, entender el discurso político digital implica comprender cómo funciona la lengua en todos sus niveles, desde el más gramatical hasta el más pragmático, y la relación que hay entre ellos. Eso nos permite un estudio muy completo desde el punto de vista lingüístico. También incluye algunos aspectos que han sido tradicionalmente marginales, pero que a mí me interesan, como son el estudio de las emociones o el de los silencios.

En cuanto a lo práctico, me parece necesario que aportemos luz desde la investigación a cómo está funcionando la comunicación política hoy en día. Es una cuestión crucial para la democracia y hay mucho análisis realizado desde otros ámbitos. Sería una irresponsabilidad por parte de nuestro gremio si no aportáramos nuestros conocimientos y competencias.

También se ha interesado por el estudio de los discursos de odio y las contra-narrativas que se pueden plantear. ¿Qué es lo que le ha motivado a ello? ¿Cree que este ámbito de investigación tiene más importancia actualmente que la que tenía hace una década?

La respuesta es similar a la anterior. Creo que siempre habría que haber puesto más el foco en el discurso de odio, en cómo se crea, difunde y contrarresta. Sin embargo, ahora es cuando más protagonismo está tomando gracias al análisis de las redes sociales, y creo que nunca es tarde para ponerse con un tema así. La lengua se ha utilizado en todas las épocas para dibujar enemigos en las mentes de los hablantes de una comunidad. Es algo de lo que debemos protegernos, pero también algo de lo que podemos aprender mucho desde un punto de vista lingüístico, como por qué funcionan unos mensajes y no otros, la importancia emocional de un discurso o cómo se construye el significado detrás de cada palabra cuando se utiliza en ciertos contextos.