Entrevista con Alicia María Zorrilla

Alicia María ZorrillaAlicia María Zorrilla nació en Buenos Aires (Argentina) el 8 de diciembre de 1948. Es Miembro de Número de la Academia Argentina de Letras y Vicepresidenta de esta Corporación; Miembro Correspondiente Hispanoamericana de la Real Academia Española; Miembro de la Asociación Mexicana de Profesores de Lengua y Literatura; Doctora en Letras por la Universidad del Salvador; Licenciada en Filología Hispánica por la Universidad Complutense de Madrid; Profesora especializada en Castellano, Literatura y Latín; Profesora Adscripta a la cátedra de Literatura Hispanoamericana. Fue Jurado Lingüístico del «Premio Panhispánico de Traducción Especializada», organizado por la Unión Latina, el Instituto Cervantes, la Organización de los Estados Iberoamericanos (OEI), la Fundación Española para la Ciencia y la Técnica (FECYT), la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales y la Federación Española de Gremios de Editores. En 2013, fue condecorada con la Medalla de San Jerónimo por el Colegio Nacional de Traductores del Perú.

Es Miembro de Honor de la Unión de Correctores de Madrid; Presidenta y Directora Académica de la Fundación Instituto Superior de Estudios Lingüísticos y Literarios LITTERAE y fundadora y directora de la Cátedra de Investigaciones Gramaticales Dra. Ofelia Kovacci, en la Universidad del Salvador (Argentina). Fue miembro de la Comisión Interacadémica que creó la Real Academia Española para la composición de la Nueva gramática de la lengua española (en esta Comisión, fue coordinadora del Área Lingüística Rioplatense: Argentina, Paraguay y Uruguay) y designada por la Academia Argentina de Letras representante institucional para la revisión de la Ortografía de la lengua española (2005). En la actualidad, forma parte de la Comisión Interacadémica que creó la Real Academia Española para la composición del Glosario de términos gramaticales (en esta Comisión, es coordinadora del Área Lingüística Rioplatense: Argentina, Paraguay y Uruguay).

Es autora de obras literarias y lingüísticas, entre ellas, Retrato de la novela; La voz sentenciosa de Borges; La soledad compartida (poemas); Normativa Lingüística Española y Corrección de Textos; La estructura de las palabras en español; El uso de la puntuación en español; Sobre las palabras y los números; El uso del verbo y del gerundio en español; Hablar, escribir, traducir en español; La arquitectura del paratexto en los trabajos de investigación; el Diccionario de las preposiciones españolas. Norma y uso; Dudario. Diccionario de consultas sobre el uso de la lengua española; Diccionario gramatical de la lengua española. La norma argentina; El español de los traductores y otros estudios, y coautora del Diccionario de los usos correctos del español.

 


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1) Dra. Zorrilla, en sus diversos libros escribe acerca de la gramática normativa y el uso correcto de la lengua. Como vicepresidenta de la Academia Argentina de Letras (AAL), su trabajo contribuye a la formación de la normativa para la variedad local de español. Desde una perspectiva normativa, ¿qué hace que un uso sea preferible a otro para una región en particular?

La norma pragmática nace del hablar concreto, de la creatividad de cada individuo. Las personas practican su lengua cuando la hablan. En esa práctica, se afianza lo aprendido y surgen palabras y sintagmas nuevos que el uso continuo va difundiendo. La preferencia por unas u otras reside, precisamente, en elecciones que hace el hablante. Si en el coloquio dice delante de mí; debajo de la mesa; en busca de su hijo; detrás de la puerta es porque ante mí; bajo la mesa; en pos de su hijo y tras la puerta le parecen expresiones muy cultas, más dignas de la literatura que de la oralidad. El contexto, es decir, el entorno lingüístico da sentido y valor a una palabra o a un sintagma.

 

 

2) Algunos de sus trabajos tratan sobre lexicografía. Gran parte de la literatura sobre el tema se dedica a resaltar las diferencias entre la lexicografía y la terminología. En su opinión, ¿cuál es la relación entre ellas? ¿Existen similitudes entre ambas?

Desde mi punto de vista, la lexicografía no puede existir sin la terminología. Como parte de la lingüística, la primera se basa en distintas teorías para componer diccionarios o glosarios. La segunda reúne los términos propios de una ciencia, una profesión o una materia. Un término es una palabra, una unidad lingüística, y esta compone un diccionario o un glosario. Considero que se interrelacionan fecundamente.

 

 

3) Cuando un extranjerismo específico se usa ampliamente en un campo especializado o científico para referirse a un concepto nuevo, ¿la norma generalmente recomienda que esta palabra sea reemplazada por un sinónimo o un neologismo? ¿Cómo podemos asegurarnos de que la comunidad científica o especializada entienda esta alternativa y que la utilice para reemplazar al extranjerismo?

Los xenismos o extranjerismos crudos pueden usarse en letra cursiva si no tienen reemplazo en español. Si existe el sinónimo en español, es conveniente su uso. Es cierto que, en el ámbito científico y en el tecnológico, no siempre es posible por la difusión que tienen los extranjerismos especializados; entonces, se mantienen, pero deben escribirse con letra cursiva, por lo menos, la primera vez que aparecen en el texto.

 

 

4) ¿Cuándo considera la normativa general que un neologismo de un campo especializado es correcto? ¿Cómo trabaja la AAL con estos nuevos términos especializados?

Si un neologismo está bien formado desde el punto de vista morfológico y responde al significado que desea comunicar, deja de serlo por la difusión de su uso en el campo especializado al que pertenece. La Academia Argentina de Letras, como otras Academias de la Lengua, estudia los nuevos términos y envía a la Real Academia Española los informes correspondientes. Estos ingresan en la norma académica y se registran en el Diccionario de la Lengua Española si se comprueba su uso extendido.

 

 

5) Usted ha creado muchos talleres, cursos e instituciones para editores. Es miembro fundadora de la Fundación Litterae, una institución que trabaja con correctores y traductores y que a veces también ofrece talleres de terminología. La Fundación creó un título de Traductor Corrector. ¿Existen diferencias entre los editores de textos monolingües y los traductores correctores? En su opinión, ¿estudiar terminología puede ser importante para alguno de ellos o considera que este campo no es pertinente para ellos?

La Fundación LITTERAE, que presido desde hace veintiséis años, ha organizado la carrera de Corrector Internacional de Textos en Lengua Española, con el aval de la Fundéu, para todos los profesionales que deseen tener otra salida laboral y perfeccionar su escritura. La carrera dura dos años. Aprobado el primero, reciben el título de Atendedor; aprobado el segundo, el de Corrector Internacional. Hay un tercer año optativo; una vez aprobado, se les otorga a los correctores ya graduados el Diploma Superior de Corrector de Textos en Lengua Española. Además, se dicta un curso de Formación del Traductor Corrector en Lengua Española para que el traductor pueda corregir sus propios errores de traducción. No se otorga un título, sino un certificado que acredita que lo ha aprobado, pues es un curso que consta de cuatro asignaturas: Gramática Española, Normativa Lingüística Española, Normativa de la Redacción y Corrección de Textos. Este año inauguramos una nueva carrera: Corrector de Traducciones al Español, que se desarrollará durante dos años y tendrá asignaturas específicas para el traductor, como Corrección de Traducciones Jurídicas y Económico-Financieras; Corrección de Traducciones Literarias; Corrección de Traducciones Científico-Técnicas y Terminología.

 

 

6) Al traducir un texto especializado en un campo en constante evolución, el traductor puede encontrarse con diversas opciones en la lengua meta para traducir un mismo término en la lengua fuente. A veces, las alternativas más usadas incluyen extranjerismos o neologismos que no se ajustan a la normativa. En su opinión, ¿qué factores deben prevalecer a la hora de decidir qué traducción es la correcta? Por ejemplo, ¿se debe priorizar la frecuencia de uso, la norma, la referencia a usos académicos?

De acuerdo con mi formación, debe prevalecer la norma académica, pero, muchas veces, los neologismos están bien formados, responden al sistema gramatical y la difusión de su uso indica que son necesarios porque no existen voces correspondientes en español; entonces, si clarifican los textos dentro de la norma local, deberán aceptarse. Por supuesto, siempre debe tenerse en cuenta la clase de texto con la que se trabaja. No es lo mismo traducir una novela que una obra médica o jurídica. Lo importante es no reemplazar con un neologismo una palabra ya existente en español, pues esto revela pobreza de vocabulario. Por ejemplo, no deben emplearse los siguientes neologismos léxicos: *accesar por acceder; *aconsejamiento por consejo; *atractividad por atractivo; *negligen por descuidan; *profesionabilidad por profesionalidad; *similaridades por semejanzas; *usabilidad por uso. Tampoco deberán aceptarse neologismos semánticos: detentar por ejercer, desempeñar o poseer; insumir por consumir; suplantar por reemplazar, suplir o sustituir.

 

 

7) ¿Cuál es el objetivo de la Academia Argentina de Letras? ¿Qué tipo de investigaciones realiza?

Las funciones de la Academia Argentina de Letras, fundada en Buenos Aires el 13 de agosto de 1931, son las siguientes: dar unidad al estudio de la lengua y de las producciones argentinas para enriquecer el idioma; entender en todo lo referente a creación, discernimiento y reglamentación de los premios literarios instituidos por la Nación; estimular las formas de elevar el concepto del Teatro Nacional, como importante factor en la educación y en la cultura populares; velar por la corrección del idioma, interviniendo por sí o asesorando a todas las reparticiones nacionales, provinciales o particulares que lo soliciten. Realiza investigaciones lexicológicas y lexicográficas, y publica periódicamente su Diccionario del habla de los argentinos. Además, una colección de Léxicos

—«La Academia y la Lengua del Pueblo»— referidos al pan, a los dulces caseros, a la carne, a la política argentina, al tonelero, al bebé, a la medicina popular de la provincia argentina de San Juan, al automóvil, al ciclismo, al andinismo, al mate, a las armas criollas, al tango, a los bailes criollos, al teatro, a la cestería, etcétera.

En síntesis, el objeto de la Academia no es solo registrar las peculiaridades del español en la región rioplatense o en el territorio argentino, sino también tomar acciones normativas respecto del uso de la lengua y estimular los estudios literarios.

Debo agregar la eminente labor de su Biblioteca, inaugurada en 1932, que posee la colección más importante del país, especializada en obras de Lingüística, Literatura Argentina, Española e Hispanoamericana. Su Director y algunos bibliotecarios realizan trabajos de investigación que luego publica la entidad.

 

 

8) ¿Cómo coopera la Academia Argentina de Letras con la Real Academia Española y con otras instituciones latinoamericanas? ¿Cómo se coordina y gestiona esta cooperación?

La Academia cuenta con el Departamento de Investigaciones Filológicas, constituido por doctores y licenciados en Letras, que actúa como colaborador del pleno académico, prepara observaciones y adiciones para el Diccionario de la lengua española y mantiene actualizada la documentación sobre el léxico local. Los informes de este Departamento son enviados a la Real Academia Española para enriquecer las futuras ediciones del Diccionario. En la actualidad, este libro es obra de las veintidós Academias de la Lengua Española, por eso, su sigla ya no es DRAE (Diccionario de la Real Academia Española), sino DLE (Diccionario de la Lengua Española).

Respecto de otras instituciones académicas latinoamericanas, la Academia las asesora sobre algún tema si lo requieren. El trabajo es mancomunado en pro de la unidad del español.

 

 

9) ¿Considera que para el trabajo de la AAL y la RAE pueden ser útiles las bases de datos internacionales de terminología? ¿Estas instituciones pueden contribuir a ellas? ¿Usted utiliza bases de datos terminológicas como fuente académica en sus investigaciones?

Por supuesto. Además, estoy segura de que el Departamento de Investigaciones Filológicas de nuestra Academia las utiliza.

Mi especialidad es la Normativa Lingüística Española, es decir, estudio constantemente las normas para la correcta expresión oral y escrita del español, y, sobre todo, las normas argentinas. De cualquier modo, trabajo con terminología gramatical y, en este momento, formo parte de la Comisión Interacadémica para la preparación del Glosario de términos gramaticales, proyecto de las veintidós Academias, como representante de la Academia Argentina de Letras y Coordinadora del Área Lingüística Rioplatense (Argentina, Paraguay, Uruguay).

 

 

10¿Alguna vez trabajó con la base de datos IATE? ¿Cree que podría ser útil para correctores y traductores en otras regiones?

Nunca trabajé con la base de datos IATE. Gracias a su amabilidad, pude ingresar en ella y, de acuerdo con algunas búsquedas, considero que es un arma valiosa para los traductores de mi país.

 

 


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Photo JuliaInterviewer

María Julia Francés es graduada en Traducción por el Instituto de Educación Superior “Olga Cossettini” y la Universidad Nacional de Rosario, Argentina. Se especializa en comunicación intercultural y cooperación a través de proyectos vinculados con medios de comunicación. Estudia Relaciones Internacionales y actualmente es alumna del Postgrado en Gestión de Proyectos y Cooperación Cultural Internacional de la Universidad de Barcelona. Realizó una visita de estudio en TermCoord, la Unidad de Coordinación Terminológica del Parlamento Europeo.